miércoles, 18 de enero de 2012

Who watch the watchmen?

En la separación de poderes de Montequieau, se dice que hay tres poderes separados: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Hoy en día, en este país no existe tal separación de poderes. ¿Será por la manía recíproca que le tenemos al vecino? Yo creo que no.

El poder legislativo lo tienen las dos cámaras, Congreso y Senado, si bien la primera tiene todo el poder. El Senado es una cámara testimonial hoy en día. Si el Congreso aprueba una ley por mayoría simple cuando se debe aprobar por mayoría absoluta y esta va al Senado, donde si la echan para atrás, volverá al Congreso y se aprobará como la primera vez. Se pierden dos semanas para nada. O se cambia el sistema o con el Congreso vale y se puede ahorrar el Senado. Además, hoy en día todo se aprueba por Decreto Ley, por lo que el Congreso no interviene.

El poder ejecutivo impulsa las leyes, es un poder que no elige el pueblo, si no el Congreso, por lo que no votamos a nuestro presidente, si no a una cámara que puede poner de presidente al mendigo de Moncloa. No es un poder democrático, por tanto, es un arreglo, un engaño, si bien hasta ahora en el Estado siempre ha salido elegido presidente el “candidato” del partido más votado, se podría dar el caso de que algún día gobernase  el único diputado de un partido con un solo escaño porque es la única forma de gobernar en mayoría. Algún día se verá.

El poder judicial tutela las leyes. Si alguien infringe las leyes entra a dirimir las responsabilidades. Este poder también lo elige el poder legislativo, lo cual es un caso tremendo, ya que no es necesario que los integrantes del poder legislativo sean leguleyos y no tienen criterio más allá del amiguismo. Esto hace que los juicios a políticos sean largos y que cuesten dinero al contribuyente, además de permitir que haya juicios como el del magistrado Baltasar Garzón.



Aquí quería llegar. Una introducción tediosa para comentar este caso. El Juez Garzón es uno de esos funcionarios que les gusta demasiado el protagonismo, algo que está bien si te presentas a fiscal en una película estadounidense, pero que es terrible si los partidos políticos gobiernan, ya que en cuanto vayas a por uno o, peor aún y otro error que ha cometido, has estado en las filas del partido rival.

A Garzón se le acusa por haber ordenado unas escuchas a los abogados de la trama Gurtel, donde hay políticos de por medio. También ha intentado juzgar los crímenes de la dictadura. Ambas cosas son impopulares ante el gobierno actual y para muchos españoles. Sólo han tenido que encontrar dónde la podía haber cagado y quitárselo de en medio.

No ha sido difícil, porque si vas anunciando lo que haces para ser una superestrella, al final los paparazzi te persiguen y te encuentran un trapo sucio. El error de Garzón ha sido darse mucha publicidad, no las escuchas en si. Por cierto, ¿quién tutela los casos de Garzón? ¿Por qué están las causas paradas? Una brillante maniobra de distracción de quien tira de los hilos.

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